martes, 15 de noviembre de 2011

Be happy.

La felicidad de forma muy generalizada puede surgir de pequeños momentos que uno no espera, con muchas o una sola persona, y son tan diversas circunstancias, que hay muchas variantes; no existe un sólo grado de felicidad.
Lo cierto es que tenemos reiteradamente aún más momentos felices,teniendo en cuenta una serie de factores, es decir, una persona determinada, la misma hora, el mismo lugar... Incluso llega a estar todo tan bien diseñado que un olor, un nombre, una palabra, una canción nos recuerda a todo “eso ya vivido” y al hacer memoria somos capaces de experimentar casi la misma felicidad que nos produjo aquella vez.
¿Pero cómo podemos definir la verdadera felicidad? Y ¿cuál es la cima de dicha felicidad?
Hay muchas formas de pensar. Quizás seamos algo egoístas y siendo consciente de la felicidad del más allegado, de esas personitas que tanto nos importan y que tan sólo con asegurarnos que son felices ya nos lo garantiza serlo a nosotros.
La felicidad pues, es algo que podemos experimentar con frecuencia pues puede tratarse de distintos grados de alegría, de una forma de ser positiva, o simplemente de tener humor. 
El caso es que podemos ser felices, pero siempre y cuando la mayor felicidad, la que nos sostiene día a día y que egoístamente nos aseguramos de preservar, se mantenga aunque sea de forma latente.
Pues la felicidad es lo que te hace disfrutar de los bellos momentos que tiene la vida. 
Una persona pesimista o alguien sumergido en una depresión, es infeliz por distintos motivos entre los cuales podríamos destacar su imposibilidad a disfrutar de la vida por obstáculos que se anteponen o con los que se han encontrado física o psicológicamente a lo largo de ella.
Quién no es feliz, vive literalmente, aunque no podríamos definirlo en sí, como vivir. 
La vida se disfruta, se saborea , exprimimos cada minuto del día descubriendo o haciendo cosas que nos hacen aprovechar nuestra fortuna y dosificarla del modo que más nos convenga.
Gozamos de buenos momentos y sacamos el máximo partido a las oportunidades que se nos ofrece.
Si no es así, si nos da igual todo, si no queremos descubrir, disfrutar, deleitarnos con momentos especiales, no se tiene vida interior y se oculta bajo una fachada imaginaria.
Por lo tanto la felicidad intensifica la palabra VIDA, le damos razones y motivos suficientes para 
reafirmar que estamos vivos y por tanto ser conscientes de que cada segundo que pasa son suspiros de felicidad de los que podemos y debemos disfrutar.

No hay comentarios: